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domingo, 31 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
CRÍTICA DEL DIARIO LA REPÚBLICA SOBRE LIBRO DEL ESCRITOR LUIS CURBELO CARRARA "VENENO PARA SONÁMBULOS"
Domingo, 08 de mayo, 2011 - AÑO 12 - Nro.56655 Diario La República
VENENO PARA SONAMBULOS
En el panorama de la literatura uruguaya contemporánea continúa imperando una concepción clásica de cómo debe construirse una narración. La rígida estructura de comienzo, desarrollo y epílogo o desenlace, considerando siempre, claro está, un final concluyente y cerrado, aún permanece como una tendencia predominante de la producción nacional.
Este fenómeno, motivado quizá por la falta de imaginación de algunos autores o por la intención de facilitar la mejor comprensión de las historias al ocasional lector, ha derivado en que sólo esporádicamente podamos encontrar obras con visos de cierta originalidad.
Sin embargo, hay títulos como "Veneno para sonámbulos", del escritor compatriota Luis Curbelo Carrara, que, sin ser tampoco una propuesta vanguardista, se desmarca de los formatos convencionales.
El autor, que es un consecuente consumidor y admirador de los grandes maestros de la cuentística fantástica como Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe y Guy de Mapaussant, construye un conjunto de historias breves en las cuales prioriza el perfil psicológico de los personajes, la fantasía y el uso de la metáfora, por encima de la linealidad estructural y lo predecible.
Inconclusos o con final abierto y a menudo hasta fragmentario, estos relatos indagan en los territorios y en las peripecias existenciales de sus protagonistas.
Los personajes que habitan estos cuentos están casi siempre movidos por la búsqueda de la redención o la venganza. No en vano el autor los retrata mediante breves pinceladas, a veces como seres de imagen difusa, como si las emociones que los motivaran fueran más importantes que ellos mismos.
Rayano por momentos en la prosa poética, el lenguaje de Luis Curbelo Carrara es potente y pleno de metáforas, pero sin resultar en absoluto recargado.
En algunos de los relatos, lo que acontece, ya sea la acción que se torna evidente o aquella que transcurre interiormente en los personajes, está subordinado al lenguaje y hasta al regodeo de la técnica narrativa como un fin en sí mismo.
"Veneno para sonámbulos" es una obra tan breve como subyugante, que se desmarca claramente de los habituales clichés de la narrativa uruguaya contemporánea.
(Mosaico Ediciones)
lunes, 6 de junio de 2011
POESÍA DE ANA COLL
PEQUEÑOS FUEGOS
En el circundante
límite de la locura
espera el hallazgo
de la lava volcánica
del mundo
Con los brazos abiertos
a la caliente viscosidad
subterránea
te espero
Pequeños fuegos
arderán en la ladera
como estrellas
de la desesperación
Sigue el camino
de las luces
eludiendo
la viscosa esperanza perdida
y me encontrarás
Ana Coll
CUENTO DE LUIS CURBELO CARRARA
PATIO
Abrí los postigones y vi en el patio la soga dormida soportando la ropa.
Migas de sol salpicaban al cortinado que pretendía galopar sobre las paredes de mi cuarto y crecer sobre mis hombros. Los anteojos descansaban a los pies de un libro mientras mi sombra mordía la sábana caída de la cama.
Mi madre exploraba el patio insultando contra la carestía y mi rebelde cabellera. Yo la llamé, pero sus ojos firmes fustigaban la debilidad de los malvones, luego desapareció como hace veinte años y mis lágrimas saltaron por la ventana.
Luis Curbelo Carrara
CUENTO
EL POETA
Sentado frente a su mesa de madera corroída, donde descansan desordenados un montón de hojas y de libros que no terminó de leer, el poeta tiene fija su mirada perdida en el vacío, o eso parece. No es capaz de hilar pensamientos, éstos ruedan despedazados sin que él pueda hacer algo al respecto.
La impotencia de vivir su nada, lo mantiene sentado en la silla sin saber desde cuándo.
El tiempo parecía haberse detenido y podía percibir la quietud absoluta del universo como un tormento más.
En el preciso momento en que el ocaso era herido por un relámpago, asomaban en raídos postigones los fríos ojos del mundo, observando cómo se dibujaba un rictus amargo en el rostro del hombre. Lo aturdían las silenciosas voces del pasado, mientras esqueléticas palabras desaparecían entre la niebla celeste.
La hoja en blanco le golpeó la cara y la muerte dio vuelta la página.
Ana Coll
domingo, 5 de junio de 2011
CUENTO
EL COLOR DE LA DESPEDIDA
Ahora vuelvo – dijo- y cerró la puerta dejando la habitación color de despedida. Ella dio unas vueltas, encendió un cigarrillo y esperó. Y esperó un día y una noche. Y otro día, esperó y otra noche. Y le dio tiempo. Porque lo quería. Y salió a la calle a buscarlo y no lo encontró. Y después acarició su ropa, guardó sus retratos, se peinó. Otra vez- se dijo- y le pareció que había aprendido a olvidar. Pero el olvido le traía su olor. Y guardó su ropa. Ahora era el dolor de su voz y se dijo que no debía escuchar. Y mañana será otro día, y al fin y al cabo todo pasa, ya tendrías que estar acostumbrada, me sorprende que lo tomes así.
Y pasaron los meses que se hicieron años. Y no puedo creer que no termines de una vez con esto. ¿Hasta cuándo? Y ¿a dónde van los recuerdos cuando uno los olvida? Y ¿si vuelve una noche y no me encuentra? Y pasó otro invierno y las cartas amarillas y el color de la despedida intacto.
Los lentes negros ocultando las ojeras. Y la puerta todavía cerrada.
Ana Coll
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