domingo, 5 de junio de 2011

CUENTO

EL COLOR DE LA DESPEDIDA
            Ahora vuelvo – dijo- y cerró la puerta dejando la habitación color de despedida. Ella dio unas vueltas, encendió un cigarrillo y esperó. Y esperó un día y una noche. Y otro día, esperó y otra noche. Y le dio tiempo. Porque lo quería. Y salió a la calle a buscarlo y no lo encontró. Y después acarició su ropa, guardó sus retratos, se peinó. Otra vez- se dijo- y le pareció que había aprendido a olvidar. Pero el olvido le traía su olor. Y guardó su ropa. Ahora era el dolor de su voz y se dijo que no debía escuchar. Y mañana será otro día, y al fin y al cabo todo pasa, ya tendrías que estar acostumbrada, me sorprende que lo tomes así.
            Y pasaron los meses que se hicieron años. Y no puedo creer que no termines de una vez con esto. ¿Hasta cuándo? Y ¿a dónde van los recuerdos cuando uno los olvida? Y ¿si vuelve una noche y no me encuentra? Y pasó otro invierno y las cartas amarillas y el color de la despedida intacto.
            Los lentes negros ocultando las ojeras. Y la puerta todavía cerrada.
Ana Coll

2 comentarios:

  1. Y cómo se hace para escribir así? Socorro!!! Todo lo que aún tengo que aprender.Hermoso, Ana. Te admiro. Un beso.

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  2. Querida, queridísima amiga, tú que eres poeta, una gran poeta, puedes escribir así y mejor aún, si te lo propones. Estos conocimientos se los debo a Eduardo Luis Fernández, lo aprendí en su taller. Yo vengo de la poesía, me resistía a escribir cuento o prosa poética hasta que entendí que todo está relacionado a la hora de escribir. Este texto en particular está cargado de poesía.
    Un beso!!!

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